Según lo establecido, el lunes festivo 22 de junio se cumplió con la segunda fecha del Campeonato Nacional de Mini motos Copa Skorpion. La pista del Kartódromo Juan Pablo Montoya, contiguo a la pista profesional del Autódromo de Tocancipá, fue el escenario ideal para que los aficionados a correr en las pequeñas, pero veloces máquinas, se dieran cita y ponerse a prueba.
La fiesta de la mini velocidad comenzó con la categoría adultos stock, que pese a una ligera lluvia caída minutos antes, se hizo con todas las medidas de seguridad y siguiendo el reglamento de Fedemoto, organismo de control que se hizo presente y estuvo my pendiente del desarrollo de la válida. Caídas sin gravedad y muchas risas fueron el resultado de la primera categoría, donde los adultos más que competir se divirtieron.
Antes de iniciar las categorías infantiles cayó tremendo aguacero que hizo pensar que las carreras se dañarían, incluso la federación alcanzó a avisar la cancelación de la fecha; los niños entonces comenzaron a poner cara de “tragedia” mientras el agua caía y poco a poco la pista se llenaba de agua; hasta Hernán Cuartas, Jefe de la comisión técnica de Fedemoto, hizo la broma cuando llamó a la categoría de motos de agua a competir; algo flojo el cometario, pero por lo menos alcanzo a sacar una sonrisa a los emparamados participantes.
De un momento a otro dejó de llover, como si hubiesen cerrado la llave. Hasta el sol pareció, la pista comenzó a secarse y todos (los niños) a las motos. Esta es la parte emotiva de la carrera, pues son los padres quienes hacen “barra” a sus pequeños, se corren toda la pista a la par con las motos, pendientes siempre de una caída para animarlos a levantarse o ayudarlos; Las madres por su parte toman las fotos, les tienen listo el almuerzo, limpio el visor del casco y son las siempre infalibles quita lágrimas de los pequeños pilotos, pues varios de ellos tuvieron su caída y llegaban a la meta llorando, no por el dolor, más bien por haber perdido posiciones. Ellos (los niños) van demostrando un nivel de competencia que genera envidia entre muchos, pues no lo ven como un juego, es más una pasión que se va despertando a la medida que practican, utilizan su uniforme con orgullo, se preocupan por el estado mecánico de la motocicleta y permanecen muy pendientes de la posición que ocupan durante la carrera.
Según lo conversado con Hernán Cuartas, el objetivo del campeonato es ver el potencial de los nuevos pilotos que con una buena escuela, como son las mini motos, se puede llegar lejos e ir nutriendo cada año las categorías superiores del campeonato nacional de moto velocidad.
Al finalizar la tarde, los pilotos, tanto adultos como niños, salieron satisfechos de haber realizado la válida, un poco mojados, pero con las ganas intactas de seguir participando en el campeonato que en cada fecha muestra más el interés de los participantes y de Fedemoto por sacarlo adelante.
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