antas cosas han cambiado desde ese lejano 2004, pero sobretodo ha cambiado ella, mi M1. En esa época era una pobre MotoGP de clasificación media, burla de la mayoría de los pilotos y trabajadores de MotoGP. Ahora, después de haberla ayudado a crecer y mejorar, la podéis ver sonreir en su box, cortejada y admirada, tratada como la primera de la clase.
La lista de las personas que han hecho posible esta transformación es muy larga, pero sobre todo me gustaría dar las gracias a Masao Furusawa, Masahiko Nakajima y "mi" Hiroya Atsumi en nombre de todos los ingenieros japoneses que han trabajado duro para cambiar la cara a "nuestra" M1. Jeremy Burgess y todos los chicos de mi equipo que la han cuidado con amor sobre las pistas de todo el mundo, y también a todos los chicos y chicas que han trabajado en el equipo Yamaha durante estos años.
Ahora ha llegado el momento de encontrar nuevos retos, mi trabajo aquí ha acabado. Incluso las más bonitas historias de amor acaban, pero dejan grandes recuerdos, como aquel primer beso que nos dimos sobre la hierba de Welkom, donde me miró directa a los ojos y me dijo "Te quiero"."
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